El compación de Dios | <a href="https://assets.mennonites.org/PublishingImages/2023/Jonah3_10_take2_Instagram_sp%20copy.jpg">Descargar imagen</a> | | | | | | https://www.mennonitemission.net/resources/worship resources/scripture graphics/907/El compación de Dios | El compación de Dios | Jonás 3:10 | | <p><strong>3:10</strong> Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.</p><p><br></p><p><strong>4:1</strong> Pero a Jonás le disgustó eso en extremo, y se enojó.</p><p>2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo me decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y compasivo, tardo en enojarte, y de gran misericordia, y que te arrepientes del mal.</p><p><strong>3 </strong>Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.</p><p><strong>4 </strong>Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?</p><p><strong>5</strong> Y salió Jonás de la ciudad, y se sentó en el lado oriental de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.</p><p><strong>6 </strong>Y preparó Jehová Dios una calabacera, y la hizo crecer sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.</p><p><strong>7</strong> Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.</p><p><strong>8</strong> Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y pedía para sí la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.</p><p><strong>9 </strong>Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.</p><p><strong>10</strong> Y dijo Jehová: Tú has tenido lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.</p><p><strong>11</strong> ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben distinguir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?<br></p><p><br></p><p><em>Fotografía de E<em>ngin Akyurt</em> en Unsplash. Diseño gráfico por Cynthia Friesen Coyle. </em><br></p> | | |